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El Bitcoin: La moneda del Nuevo Orden Mundial

En los últimos años, sobre todo desde que la mal llamada crisis económica golpease duramente a los países occidentales, los sistemas monetarios alternativos han logrado un importante desarrollo. La mayoría de ellos son iniciativas locales que persiguen un objetivo de beneficio social mediante la eliminación de los problemas que generan los sistemas monetarios tradicionales, mientras que otros son sistemas diseñados para favorecer la implantación de un único mercado global.

La economía digital está jugando un papel fundamental en la implantación de este mercado global. Las estructuras nacionales han sido totalmente superadas y los consumidores ya pueden hacer sus intercambios comerciales directamente con personas y entidades de cualquier punto del planeta. Sin embargo, era incoherente que un supuesto mercado mundial siguiese funcionando con monedas nacionales, puesto que ponía de manifiesto las limitaciones del globalismo.

Con el propósito de superar esta limitación nació Bitcoin, una moneda digital creada para ser utilizada en los intercambios comerciales a través de Internet. Como cualquier sistema monetario actual, el principal respaldo de Bitcoin es la confianza de los ciudadanos en ella. Lo curioso de esta moneda, y lo que todavía hace desconfiar a algunas personas, es que esta moneda no es emitida por ningún banco central.

¿Quién emite entonces esta moneda? Esta moneda es emitida por diversas plataformas digitales que se dedican a la compra-venta de Bitcoins. Al no existir una única entidad emisora oficial, como pudiera ser un Banco Central, nos encontramos ante un sistema monetario descentralizado, lo que le otorga unas características peculiares. Y al contrario que las monedas nacionales, las cuales pueden ser emitidas por decisión del banco central correspondiente, el Bitcoin no se crea gratuitamente, sino que su creación responde exclusivamente a un intercambio por otra moneda. Es decir, para poder emitirlos es necesario que alguien los compre con euros, dólares o cualquier otra moneda aceptada. A su vez, una persona que ya posee Bitcoins, puede transformarlos en cualquier moneda oficial mediante su venta.

Bitcoins

Su descentralización, aunque le otorga importantes ventajas frente a los sistemas centralizados, también ha sido la causa de sus principales problemas. En sus comienzos se produjo la desaparición de diversas plataformas, lo que provocó importantes pérdidas a los usuarios que habían operado a través de ellas. El caso más sonado fue el de Mt. Gox, que provocó la desaparición de más de 850.000 Bitcoins.

La primera vez que compramos Bitcoins la plataforma de compra-venta nos crea una cuenta en los llamados “monederos virtuales”, y todas las operaciones que vayamos haciendo a partir de ese momento estarán vinculadas a esa cuenta.

En lo que respecta al tipo de cambio del Bitcoin, es decir, el precio al que se compra y vende, este depende exclusivamente de la oferta y la demanda, lo que hace que tenga una cotización propia y, por tanto, sea una moneda con un tipo de cambio flexible. Debido a sus características (cotización propia, fácilmente comercializable, alto volumen de negocio diario), se ha convertido en una importante fuente de especulación, dando lugar a diversas burbujas que tras su explosión han provocado graves pérdidas a unos usuarios y pingües beneficios a otros.

Bitcoin Cotizacion

Gráfico de cotización de Bitcoin/USD de los últimos 2 años

Aquí reside la principal crítica al Bitcoin por parte de las personas interesadas en desarrollar sistemas monetarios alternativos de carácter social, en los que el dinero no tenga valor en sí mismo, sino que su valor resida exclusivamente en ser un mero medio de pago. Al tratarse de una moneda de reconocimiento mundial, con su propia cotización, acumulable, comprable y vendible, está acentuando los problemas de los sistemas monetarios oficiales.

Por el contrario, sus defensores reconocen que su principal éxito, mas allá de su idea revolucionaria, es que ha sido aceptado por muchos portales de venta como un medio de pago más, lo que le ha otorgado verdadera legitimidad. Otras de las ventajas  que ofrece a los usuarios es que al ser reconocido como un medio de pago válido en cualquier parte del mundo, se pueden llevar a cabo intercambios comerciales sin necesidad de hacerlos en dólares, facilitando las transacciones y evitando el riesgo asociado al cambio de moneda y los tipos de cambio.

El desarrollo de Bitcoin ha dado lugar a un curioso sistema de préstamos basados en la confianza y en la reputación de los usuarios, dotandolo de una verdadera fuerza social y le ha otorgado la capacidad de mostrarse como una alternativa al sistema bancario tradicional.

No obstante, lo que parecía ser una alternativa verdadera a la banca tradicional usurera, va camino de quedarse en nada. Diversos bancos y grandes corporaciones han optado por adquirir las plataformas de emisión, lo que les otorga el poder de crear la moneda y el beneficio derivado de las operaciones de compra-venta. Recientemente el BBVA ha comprado Coinbase, la mayor plataforma de Bitcoins del mundo, por 75 millones de Euros.

Por todo lo expuesto anteriormente se puede decir que el Bitcoin, a pesar de nacer con la idea de ser una moneda digital de carácter mundial dedicada a la economía productiva, se ha convertido en una mera fuente de especulación, lo que ha alejado a los usuarios que solamente tenían interés en utilizarla como un mero medio de intercambio de productos. El hecho de estar controlada por bancos y grandes corporaciones solo hace prever que esta tendencia se acentuará y se agravará con el paso del tiempo, perdiendo todo el carácter social que pudiera tener inicialmente.

En lo que respecta a los Estados, el Bitcoin provocará graves consecuencias que acelerarán su desmantelamiento. Los usuarios, al tener más facilidad para comerciar con cualquier parte del mundo, recurrirán a los puntos más remotos del planeta para adquirir sus productos al precio más bajo, lo que agravará el proceso de deslocalización de empresas que ya ha destruido gran parte del tejido industrial europeo.

Sin lugar a dudas, el Bitcoin es el símbolo del mundialismo, de la globalización, de la economía especulativa y de la alta finanza: la moneda del Nuevo Orden Mundial.